Su cara lo hace distinto y él sólo quiere ser uno más.
Camina siempre mirando al suelo, la cabeza gacha y el flequillo tratando en
vano de esconder su rostro, pero aún así es objeto de miradas furtivas,
susurros ahogados y codazos de asombro. August sale poco, su vida transcurre
entre las acogedoras paredes de su casa, la compañía de su familia, su perra
Daisy y las increíbles historias de La Guerra De Las Galaxias.
Una historia conmovedora para reír y llorar,
que nos hace abrir nuestras mentes y nuestros corazones. R. J. Palacio crea
unos personajes muy entrañables y humanos, y una trama bastante sencilla pero
atrapante, que hace que te acabes el libro en un par de sentadas.
La novela está narrada desde diferentes puntos de vista tanto primarios como
secundarios, y eso me gustó mucho porque ayudaba bastante a entender mejor a
algunos personajes, el “por qué hizo lo que hizo” y su pequeño universo. Otra
cosa que también me gustó fue la evolución de todos ellos, al principio del
libro son unos personajes completamente distintos a lo que se muestran al final
de la historia.
Mientras leía lo único que quería hacer era sacar a August del libro y
protegerlo. Me ponía tan triste cuando él estaba triste, y muy feliz cuando él
también lo estaba. Es uno de esos personajes que se instalan fácilmente en tu
corazón y me encantó leerlo.
Sin duda recomiendo esta novela a todo el mundo. Está llena de valores que
todos, a cualquier edad, tenemos capacidad de aprenderlos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario